Abre la puerta de casa y entra. Deja la mochila en el sofá y busca a alguien en casa, sin suerte. No hay nadie. Una nota encima de la encimera de la cocina que dice que tiene una comida de empresa y llegara un poco tarde a casa. De su madre. Su padre también está trabajando y hasta las seis de la tarde no llegara a casa. Estará sola un buen rato.
Mira la nevera sin muchas ganas de cocinar y coge unos macarrones, hecha agua en una olla, un poco de sal y espera a que hierva. Cuando hierve, hecha los macarrones.
Paola es una chica de 16 años, morena con el pelo largo, ojos verdes, de 1’63cm aproximadamente, esta delgada, pero tiene buen cuerpo. No se puede quejar.
Hecha queso en sus macarrones y coge una lata de fanta de naranja, va a la mesa donde sus cubiertos están preparados y se dispone a comer. Quince minutos más tarde ya ha terminado, coge la mochila y sube a su cuarto, la deja encima de la silla, coge su portátil y se tumba en la cama con este en las piernas. Lo enciende y espera a que cargue. Una vez cargado, abre el internet y en la dirección de internet pone la página de Facebook, entra en su perfil ya automáticamente. Abre una carpeta y comienza a escuchar el último CD de Pablo Alborán. De repente, y sin esperarlo, suena el ruido de mensaje de Facebook. Es de un tal Fabián González. No le suena, pero abre la conversación.
- Hola. ¿Te acuerdas de mí? Soy el vecino de Julia. Ayer os vi en el parque de frente de mi casa.
Sorprendida, mira su perfil, sus fotos y si se acuerda de el… ¿Qué querrá? ¿Para qué le habrá hablado? Según lo que le han dicho de él, tiene novia desde hace mucho tiempo y es un chaval muy tímido, no suele hablar con chicas.
- Hola. –Le sigue un icono de una carita feliz.- Si, me acuerdo de ti. ¿Cómo es que me hablas?
- Mira… desde hace unos meses te veo muy a menudo y bueno, me apetecía conocerte.
- Ah, vale. Pues encantada Fabián.
- ¿Quieres que quedemos alguna tarde para ir a dar una vuelta? Si no te molesta ni nada…
- ¿Por qué me tendría que molestar? Vale.
- Bueno, pues te doy mi número que me tengo que ir. – El chico escribe su número rápido, con prisa.- Háblame por el Whatsapp cuando puedas. Un besito, preciosa.
Ambos sonríen al otro lado de sus pantallas. Paola apunta su número en la agenda de su teléfono y cierra el ordenador. Coge un cigarro de su mochila y se lo enciende.
Unos minutos más tarde, en un lugar no muy alejado de la ciudad.
Se mira en el espejo. Lista. Son las 16:49 de la tarde. Ha quedado con Marc a las 17:30. Esta nerviosa y no sabe porque. No es la primera vez que lo ve, es su novio desde hace ya unos dos meses. Está muy ilusionada con él. Le gusta, le da todo lo que necesita. Sonrisas, placer, todo lo que una niña de 16 años podría desear.
Julia es la mejor amiga de Paola. Un poco más alta que ella, 1’70cm, rubia con el pelo no tan largo, un poco más de media melena. Ojos azules, que destacan. Es la típica chica que todo chico quiere tener. Es muy diferente a Paola, más activa, más libre, menos consecuente.
Coge su bolso, mete el paquete de tabaco, las llaves, el móvil, se vuelve a mirar al espejo y pone su mejor sonrisa. Sale de su casa pegando un portazo, coge el ascensor y baja. Fuera de la portería está el. Abre la puerta. Marc la agarra por la cintura y le da un beso. La quiere, si, la quiere.
- Hola, cariño. – Dice ella.
- Hola, mi amor. ¿Qué quieres hacer hoy?
- No sé, lo que tú quieras… mientras este contigo.
- Vale.
Se dan la mano y van caminando. No saben muy bien hacia donde, pero ya encontraran algún sitio para sentarse y quererse. Estar un rato juntos. Es lo único que necesitan.
Horas más tarde, en casa de Paola.
El sonido de su móvil la despierta. ¿Quién la llamara? Se levanta pero no le da tiempo a cogerlo. Mira la hora, son casi las siete, se ha quedado dormida. El cansancio y la presión de los últimos exámenes pueden con ella. Se juega sacarse la ESO o no.
Mira el móvil, tiene tres llamadas perdidas; todas de Julia. Sin darle tiempo a llamarla, esta le vuelve a llamar.
- Hola, nena. Perdón por no haberte cogido el móvil, estaba durmiendo.
- No pasa nada, pero te necesito. Estoy en el parque de al lado de tu casa. ¿Nos vemos?
- ¿Qué pasa? Vale, tía. Me visto, me arreglo rápido y voy. Quince minutos y estoy ahí.
- Vale, gracias… Te quiero.
Y ambas cuelgan. ¿Qué habrá pasado? Está preocupada. Mira en su armario, coge unos shorts tejanos y una camiseta básica blanca. Unas sandalias negras, y ya está. Entra en el baño, se peina por encima. Coge su maquillaje, se pone rímel, un poco de colorete y se pinta los labios de un color rosa flojito. Le destacan. Tiene unos labios muy bonitos.
Coge su bolso, examina que lo tenga todo y sale de casa. Ni su padre ni su madre han llegado todavía. Trabajo… no paran mucho en casa.
Cierra la puerta con fuerza y anda unos cinco minutos hasta el parque. Busca a su mejor amiga y ahí está, acompañada por dos chicos. Uno es Marc y el otro… Fabián. Que sorpresa. Pero, ¿Qué pasa? Según lo que puede ver a esa distancia, Marc tiene una herida debajo del ojo algo profunda de la que sale un hilito de sangre. Se acerca rápido. Da dos besos y un abrazo a Julia, y dos besos a los demás.
- ¿Qué ha pasado?
Fabián tiene una herida en el labio y un moratón en el brazo. Marc, tiene diferentes heridas por las piernas y la cara.
- Se han peleado. – Dice Julia, con voz triste.
- ¿Con quién y porque? – Mira a Marc. – Mira que te lo digo desde pequeños, no te metas en peleas. Sabes que puedes con cualquiera pero algún día vendrá alguien más chulo y más fuerte que tú, y aquí lo tienes…
Marc no le contesta. Se limita a darle una tímida sonrisa. Se conocen desde que tenían cinco años. Como ha cambiado, piensa Marc. Antes era una niña tímida, del montón, ahora… está verdaderamente guapa. Pero él tiene novia, no puede mirar con esos ojos a Paola.
Marc tiene diecisiete años, los cumplía en enero. Es rubio y un poquito moreno de piel. Tiene abundantes pecas por la cara, eso le hacen aún más interesante, y los ojos marrones claritos. Su cuerpo no está nada mal, 1’80cm aproximadamente.
Julia y los dos chicos le explican a Paola lo que ha pasado. Tenían una pelea con unos del barrio de al lado, y han salido perdiendo. A pesar de que era pelea de dos contra dos, los otros han traído a diez y no han podido hacer nada. Paola se enfada por momentos, no le gustan las peleas pero mucho menos que le toquen a personas importantes. Marc es como su hermano y Fabián… Fabián le gusta mucho. Y eso que apenas lo conoce.
- Bueno, nena, nosotros dos nos vamos a su casa. Voy a curarle las heridas y haber que hacemos. – Mira a Fabián. – Tu, ¿qué harás?
- Yo me quedo aquí un rato, he quedado luego con Borja y pensaremos que haremos con esto.
- Vale. No te metas en más líos. – Dicen Marc y Julia, casi a la vez.
Y se alejan. Son tal para cual, combinan muy bien y se quieren. Que es lo más importante. Paola está nerviosa, no sabe qué hacer.
- ¿Tú te quedas aquí? Yo me voy a mi casa, si pasa algo, tienes mi número. – Dice Paola, guiñándole un ojo.
- No, no… Quédate un rato conmigo. No te voy hacer nada, eh. – Y intenta levantarse del banco en el que esta, pero no puede. Tiene heridas en la pierna también, y parece que le duele la espalda. Le invita a sentarse a su lado.
- Vale. ¿Cómo estás? ¿Te duelen mucho las heridas? Si quieres, te ayudo. – Dice sentándose a su lado.
- Bueno, no mucho, lo que más me duele es el labio y el costado. – Dice levantándose la camiseta, tiene un moratón gigante. – Me han pegado con un bate.
Hace un gesto de dolor y se moja el labio, cae un hilito pequeño de sangre de este. Paola se acerca a él y se lo limpia. El hace muecas de dolor.
- ¿Te duele? Si quieres, paro.
- No, no pares. No me duele, mejor así.
Paola termina y se miran fijamente a los ojos.
Hola! He leido el primer capítulo y escribes muy bien :') Sigue así, ya verás como la gente te va conociendo. :)
ResponderEliminar¿Nos seguimos mutuamente? Yo ya te sigo, pasate: laubarbie09.blogspot.com
¡Un besazo! Y sigue así!! :)
¡Hola! Muchas gracias por gastar un poco de tu tiempo leyéndome, ya te sigo desde que vi tu blog. Espero que sigas leyendo la historia, muchas gracias guapa. Un besazo.
EliminarHola!
ResponderEliminarYa vi tu comentario. Me alegro que te guste mi forma de escribir. Obviamente, no tiene nada que ver el ultimo capitulo, con el primero.
Con respecto a tu primer capitulo, comentarte que la forma en que relatas está bien. Se entiende y no te pierdes.
En la trama, veo que te inspiras en Federico Mocchia... jejeje no es malo. Yo tambien tengo mis referencias.
Realmente no te puedo dar ningun consejo porque no soy un gran escritor. Ademas, mi blog y mis libros publicados no son nada del otro mundo. Tan solo escribo porque me gusta. Ese es unico consejo que te doy, que escribas porque te guste. No escribas para gustar a los demas. Es importante, pero mas importante es que te guste lo que escribes.
Nada, cuando tenga un ratillo me leo el resto.
Saludos
Hola:)
ResponderEliminarSimplemente una palabra INCREÍBLE:) Me ha encantado tu historia y ya me has enganchado. ¡Necesito leer más!:)
Ya te sigo en tu blog, ¿me sigues en el mio?
graciaxhacermefeliz.blogspot.com
Un besazo!
Tiene una pinta interesante jeje aunque la letra es un poquito dificil de leer. solo un poquito eh?
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