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martes, 20 de agosto de 2013

Capítulo 16

Una semana después, la vida le demuestra a cada uno que para ser feliz simplemente hay que tener valor. Fabián y Paola viven su historia de amor como dos niños pequeños que van al parque de atracciones por primera vez, siempre con esa adrenalina, cada día, cada momento es único. Marta y Marc han decidido ser felices juntos, han apostado todo lo que tenían por eso y por ahora ninguno de los dos se ha arrepentido. El amor. Eso es lo que les une, desde siempre, desde críos, desde que sus miradas se cruzaron por primera vez, pero hasta ahora no se habían dado cuenta de eso, de la magia que transmite el amor. De las ganas, la felicidad, la agonía, los celos, todas esas cosas que a pesar de haber tenido otras parejas no habían sentido, es la primera vez que aman y son amados. La única vez. Son tal para cual. Julia, en cambio, desde que pasó eso desapareció, no se supo nada más de ella, ni si quiera Paola ha contactado con ella en todo este tiempo, un WhatsApp en el que le aseguro que estaba bien y que se iba con su padre a vivir unos meses para calmar el dolor. El dolor que se siente cuando se ha perdido a la persona amada. El dolor que se siente al saber que no regresara. Que tus errores marcan huella en los corazones de los demás y les hacen ejercer el olvido. El dolor que se siente al saber que la cagó, que fue su culpa, que perdió por querer ganarlo todo. El egoísmo y el egocentrismo nunca salen ganando. Quien juega con fuego, se quema. Y se ha quemado. El recuerdo de un amor es la peor parte de todas y también la mejor, recordar los buenos momentos, sonreír con tristeza y terminar llorando porque nunca volverán a suceder. Adolescentes suicidas que encuentran todo lo que buscan en el amor. Otros, en cambio, en el sexo. Como Lucia, que en esta semana ha conocido a fondo a Iván, dos veces además y sigue sin saber que, cerca de ella, hay una persona que la quiere, la cuidaría y respetaría como nunca nadie ha sabido hacerlo. Erik, sin embargo, llora cada noche sin saber que las lágrimas no te harán recuperar a la persona que has perdido, y que por más que llores, el daño ya está hecho. No saber valorar a una persona en su momento hace que la pierdas, sin darte cuenta, poco a poco, otro aparecerá y hará todo lo que tú, por miedo, no has sabido hacer. Por mucho que lo intentes, no puedes obligar a alguien a estar contigo. Esas cosas salen solas, las ganas de verse, de besarse, de hacerse uno… Esas ganas que sigue teniendo el desde que conoció a Paola. Todos los errores que ha cometido le han pasado factura y ahora, solo por su culpa, está solo. Dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Corrección: todos sabemos lo que tenemos pero no pensamos que lo podemos perder. Lucas, por su parte, sigue luchando contra el mismo para olvidarse de un amor que no puede ser. Se aferra a el mismo para evitar el dolor, ¿Cómo se puede querer a una persona que no se merece tenerte? ¿Cómo se puede querer a una persona que suda de ti, que no te hace caso, que ni te mira? Porque el amor además de ciego, a veces puede salir defectuoso por una de las dos partes.






(Capítulo corto, recordando cada uno de los personajes para que os hagáis una idea de la historia. Perdón por tardar en publicar, pero estamos en vacaciones... Espero que os guste, devolveré todos los comentarios)

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